Adiós Michael

No querría acabar el día sin mostrarle públicamente mis respetos a Michael Jackson. No en vano, desde mi más tierna infancia siempre le he tenido presente. Mucho antes, incluso, de que el huracán "Thriller" convulsionara el planeta, ya escuchaba el "Rockin' Robin" de los Jackson Five en el tocadiscos de mis padres. Aquélla fue mi primera toma de contacto con el Universo Jackson, y ya desde entonces supe que el benjamín de aquella familia era capaz de eclipsar al resto de sus hermanos con sólo chasquear los dedos. Posteriormente, cuando el clip de los zombis embotó mi cerebro, el pequeño Michael se convirtió en mi ídolo, y a partir de ese momento mi día a día comenzó a girar alrededor de su figura. Primero cayó en mis manos su multimillonario disco, más tarde cualquier cosa que llevase su nombre impreso: aquel bizarro single junto a Mick Jagger que nos dejó a todos en "state of shock", libros biográficos, chapas, aquel clip de Sinatra en el que se le podía ver durante 2 segundos,... incluso llegué a coleccionar la aberrante Super Pop para hacerme con material fotográfico. Era tal mi obsesión que en cuestión de unos pocos meses vi sus clips más de un centenar de ocasiones (recuerdo que llevaba la cuenta). Madre mía, no quiero pensar cómo hubiese reaccionado hace 25 años de haberse producido entonces el fatal desenlace.

Con el tiempo mis intereses tomaron otro camino. Dejé de comprar sus discos (aunque siempre lograba hacerme con una cinta grabada de su nuevo trabajo) y poco a poco su declive artístico fue haciéndose más y más patente. Sin embargo, y a pesar de toda la distancia que interpuse entre su obra y mis gustos musicales, a día de hoy sus canciones continúan haciéndome vibrar. Esta misma tarde, sin ir más lejos, he derramado unas cuantas lágrimas en su honor viendo antiguas grabaciones por YouTube. Demasiados recuerdos. Demasiados.

La pasada noche El Rey del Pop abandonó definitivamente el edificio, pero no se llevó consigo la recaudación, no; la pasada noche El Rey del Pop se llevó parte de nosotros mismos. Amén.